miércoles, 5 de agosto de 2009

de tumeremo a la gran sabana



Cuando me desperté juan pedro y los hermanos ya estaban en el galpon viendo las medidas a tomar con un camión que les habían retenido acusados por contrabando de gasolina a Brasil, delito muy común en esta zona dado el ridículo precio de la gasolina venezolana comparada con la de sus países limítrofes. Desayune los mangos que tenia del dia anterior y mas tarde trajeron empanadas fritas de carne mechada y otras rellenas de poroto negro carne y pollo, mas unas paltas y acompañado con pepsi. El dia y ase presentaba super caluroso, tanto que el solo hecho de salir de la fresca sombra del galpon dos pasos afuera para buscar wi fi, me hizo transpirar, aunque valio la pena como para enviar el mensaje tranquilizador de la continunacion de mi vida. En el medio de todo esto habia llegado un sobrino de juan pedro de nos mas de 18 años que venia de trabajar en una de las minas y traia consigo una pepita de oro, todavía en bruto y que no media mas 5mm de lado y pesaria unos 3 grs, pues eso valia,unos 550 bolivares asi nomas y ni pensar cuando esutviera ya procesado y purificado, hay que ver las guerras que ha habido en su nombre gente que muere por esos pedacitos de piedra que ni siquiera sirven para comerlos. Al fin de cuentas arranque a las once de la mañana con la remera ya previamente mojada y siguiendo una ruta ondulada y con banquinas de altos yuyos con lo que si ese dia se hubiesen cruzado dos camiones en donde yo pasaba hubiese tenido que ensayar una palomita rugbier.pase Casablanca y otros pequeños poblados hasta que llegue a las 16 30 al cruce a el dorado, pueblo minero que no precisa explicación sobre el material que busca. Allí mismo me prepare el nesquik con avena y me meti en la despensa a comprar algo mas que me llenara, compre pan de yuca, una bolsa grande,despues de haber preguntado los precios de casi todos los bienes del local y elegido mi primer opción. Johnie era el dueño y al ver la bici me comento que hacia cosa de un mes habia dormido en su patio, un argentino al que le habían robado la bici y todo lo que llevaba en Maracaibo, pero que luego habia logrado conseguir otra por intersecion del consulado argnetino. Me invito unos bollos, pure de papas relleno con carne, como pasteles de papa individuales básicamente, y una malta, nos quedamos charlando un rato hasta que me fui con el atardecer anunciando su llegada con lo que alcanze a llegar a una alcabala donde intente un dedo. Afortunadamente tuve suerte, el camionero que paro, Ronald , iba hasta santa elena de uairen con Claudia su mujer, pero le tocaba noche en la entrada al parque de la gran sabana, con lo que feliz de mi suerte me subi junto a Gandhi y Buda a la parte de atrás donde transportaba cemento envuelto en lona. Mientras atardecía en la selva que se cerraba queriéndose comer la via saque varias fotos y mas tarde cuando la noche se cerro me dedique a disfrutar del paisaje hasta que llegamos al 88, ultimo pueblo antes de entrar a la gran sabana y el mas grande antes de santa elena de uairen. Allí Claudia y Ronald me convidaron con unos sanguches y jugo de naranja y media hora mas tarde estábamos saliendor rumbo a la gran sabana, distante unos 100km y a unos 1450 mts de altura. Aproveche que íbamos subiendo lentamente y me sente sobre las carga, desde ahí hice todo el camino, al principio, en pantalones cortos y remera, mas tarde improvise un abrigo con una bolsa de consorcio, pensar que las compre en tucuman y todavía no las termine, y mas tarde ya mucho mas arriba no me quedo otra opción que ponerme un pantalón largo la campera e incluso el gorro de lana. No lo usaba desde peru. El paseo fue increíble, me encantaría tener solo hoy la capacidad de descripción de verne, el nunca fue a la Patagonia y yo que fui tres veces todavía no distingo una liebre de un conejo.lo cierto es que era increíble, la noche era estrellada y la luna alumbraba lo que la densa selva le permitia, pero cuando ya estábamos bien arriba se podia ver esa selva extendiéndose hasta donde la vista llegaba de un color negro inexcrutable, fue realmente increíble, hacia mucho que no viajaba de noche, y la sola sensación de estar recibiendo el aire fresco de esas horas me hizo acordar a los viajes al campo y cuando tocaba volverse en la caja de la camioneta de noche con esa adrenalina que da la sola oscuridad, que bueno seguir teniendo esa sensibilidad, el dia que la pierda, dios no lo permita , considerare que pase mi niñez.
Llegamos al ultimo puesto de control antes de la gran sabana y ahí nos quedamos. Mientras Ronald y Claudia pusieron sus hamancas debajo del camión, yo me tire con el aislante y la bolsa de dormir en la caja, la noche estaba fría , pero cuando me acoste lo hice feliz.

No hay comentarios: