domingo, 9 de septiembre de 2012

Desde Paxson a Tok

Al día siguiente de terminar Denali Highway nos colgamos un poco en el hotel-estación de servicio actualizando las paginas y poniéndonos en contacto con las flias.Nos cruzamos además con varios ciclistas que terminaban también el mismo tramo, una pareja de alemanes, otra de suizos y un chico de Seattle e intercambiamos datos sobre los próximos rumbos a tomar.Decidimos encarar al norte para tomar la Alaska Higway , autopista construida después del ataque a Pearl Harbour en el 1939 para mantener a Canadá y a Estados Unidos defendida y conectada rápidamente en caso de algún ataque al territorio comprado a Rusia en 1867 por la suma de 7,2 millones de dólares. Llegar a Delta Junction, donde funcionaba una base militar que actualmente es utilizada como base para la prueba de productos por parte de los militares de marcas como North Face y Marmot, nos tomo la tarde de ese mismo día y la mañana del siguiente, pero el camino era bastante fácil y vistoso salvo por la lluvia helada que nos acompaño los primeros 70kms. A partir de la intersección desde donde arrancamos el camino a Tok la ruta se volvió completamente plana por 80kms, y los otros 80 hasta Tok no tenían tampoco grandes subidas, y al tener arreglado ya un lugar donde parar metimos la distancia record hasta ese momento de 130kms para hacer noche en un memorial park del pueblo donde la fiaca de armar las carpas nos obligo a tener una noche de ataque de mosquitos y visitas de perros que nos hizo bastante difícil el pegar un ojo. Al otro día conocimos al dueño de casa, Chip. Cayo en una especia de VW senda bastante viejito y no daba la impresión de ser mas que un americano retirado que vivía mas tranquilo en Alaska, pero eso fue hasta que volvió a la tarde y pudimos charlar con el y adentrarnos en la aventura que era su vida. Hippie en Afganistán en los 70, había vagabundeado por Europa lejos de su Arizona natal, vivido en Tailandia, conocido a su mujer hija de Alemanes, comerciado piedras preciosas en Hong Kong y ya casado y con dos hijos de 4 y 7, surcado los mares en un velero por 3 años, hasta volver a retomar su vida “normal” comprando una finca en Portugal para terminar jugándosela toda comprando una mina de oro en Alaska que según sus cálculos daría unas 60oz de oro mensuales y que al día de hoy no había llegado a dar mas del 10% de esa suma, pero como el decía, If you can smile and dance, then you are good!, y lo estaba a sus 66 años, y con una actitud increíblemente positiva. Nos quedamos dos días, tomamos mates, comimos un guiso de carne de reno que el mismo había cazado, el vecino nos regalo un salmón ahumado cuando fui a pedirle un destornillador, nos pegamos unas mas que necesarias duchas y dormimos en una motorhome que tenia estacionada en su jardín junto a dos aviones, lancha, motos de nieve y miles de juguetes para pasar el invierno que para el, era la época mas divertida del año. Dejamos su casa camino a la frontera con Cañada después del mediodía del segundo día totalmente convencidos de que la vida que nos gustaría tener es posible, Chip era el ejemplo viviente de eso.