sábado, 12 de septiembre de 2009

ZICATELA en pipa


Me desperté a las 6 de la mañana, arme todo y desayune con los policías bajo la atenta mirada de algunos mandos intermedios a los que no les cayo nada bien el hambre voraz que el flaco ciclista parecía tener. Igual termine saliendo bastante temprano, a las 7:30 ya estaba en la ruta que en principio fue bastante hinchapelotas, mucha colina y con viento de contra, por lo menos hasta llegar a goiainhas a unos 45 km de donde estaba. Pare en la estación de servicio de la entrada,donde los cargadores de nafta ocasionales me sometieron al clásico interrogatorio y me tome dos cafes de graca(como me gustaría encontrar la c con esa coma abajo) y entre a la ciudad, puerta de entrada a Praia de pipa distante a unos 25 km. La mañana estaba medio nublada, o por lo menos hasta llegar a 10km de pipa donde la ruta parecía hecha para joderme la vida. Las subidas eran exageradamente agudas, el viento parecía exageradamente fuerte y en contra y el calor, que antes me habia dado un respiro, ahora se empecinaba en completar el combo mas peligroso y destructivo para mi humor. Igual, todo lo malo, y lo bueno, se termina, y llegue a Praia de pipa a la una ,medio muerto de calor y de cansancio. Lo primero es lo primero asi que me propuse buscar un hostel. Me acerque lo que mas pude a la playa y desda ahí empece y llegando a Praia do amor, la mas surfera y una de las mas famosas de la ciudad encontré ZICATELA, un hostel cuyo primer dueño bautizo con el nombre de una playa mejicana famosa por sus enormes tubos donde surfeo como parte de un viaje en camioneta por todo america buscando las mejores olas. Ahora la tenían Violeta y Neto, una pareja argento-brasilera que le habían dado una onda mas joven y fresca.me quede, las hamacas colgadas en la sala y la habitación del segundo piso sin pared en el frente y con vista al mar valían por si solas el precio, además se podia usar la cocina, y para mi eso es fundamental. Deje las cosas , me pegue una ducha y me prepare tres paquetes de nuddles para aplacar el monstruo que habita en mi barriga.ya comido, bebido y bañado,baje a la playa, y cuando digo bajar es porque para llegar hay que descender el morro de tierra colorada que forma un acantilado de unos 30mts que le hace de pared. En la arena, cientos de turistas , en las olas, unas veintena de surfistas y un par de kitesurfers, y en las piedras de los extremos, yo , el boludo de tatan, intentando recorrer con la marea que subia, las playas de pipa.llegue asi a la playa del centro, un poco mas reparada del viento, donde estire pareo, saque el libro de bryce Echenique y me sambulli a refrescarme por primera vez en el mar brasilero, si tenemos en cuenta que ni en jeri ni en canoa meti un pie en le agua salada, ah si..en Brasil el agua de mar…tambien es salada. Despues sesión de fiaca al sol, mientras leia y me repetía: me lo merezco..mucho no?yo me lo repetía igual. Me quede entonces hasta el atardecer en esa pose hasta que decidi subir y caminar por las calles empedradas y repletas de restauranes, cafes y negocios de ropa de pipa. Busque wi fi y lo encontré auque con clave en un café de un portugués donde me atendió una de las tantas connacionales que viven y trabajan en la ciudad, prefiria pagarme una lata de coca de 2,50 reales a pagar 3 reales la hora de cyber. Además aproveche y charle un rato en castellano y me entere de los eventos por venir y que me harian desistir de la partida calculada para el otro dia, entre otras cosas el partido de argentina con Brasil. tambien ahí conoci a peter, un americano que habia vivido tres años en argentina y que tenia un hostel en pipa y quedamos en tomarnos algo mas tarde. Volvi entonces al hostel para prepararme unos nuddles con una manteca derretida que tiene gusto a queso y esta vez con una coca cola.me quede un rato escribiendo en la compu y decidi salir a dar una vuelta.Sali del ZICATELA HOSTEL perseguido por el perro de violeta y neto y lo tuve que entrar al hostel de peter, donde no paro de romper las bolas desde que llego y hasta que salimos a tomar algo al centro de pipa que básicamente es una cuadra donde en dos bares se arma la joda. La banda la formábamos peter, dos neocelandeces y una inglesa hospedados en el hostel y yo. Nos tomamos unas cervezas hasta que cerca de las 2 nos volvimos, yo, muerto de sueño, a nuestros respectivos hostels. Me acoste en la cama recibiendo la fresca brisa que entraba por el balcón abierto. Me lo merezco, pensé de nuevo.

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