martes, 8 de septiembre de 2009

de principe a mendigo o de canoa a rio grande do norte


Cuando me desperté al otro dia , habia dormido poco pero bien comodo, subi al bar donde a pesar de no ser buffet , me costo terminar el super abundante café da manha que la simpatica concinera de la POUSADA DO TOBY servia y que consistía en banana,piña , mamao, y melón, un yogurt con cereales, tres tipos de pan,jamon y queso, una porción de torta, una medialuna, un jugo de naranja exprimido y café de a litro como siempre.cuando termine hube de hacer una sesión de lectura de diarios argentinos por internet y brasileros en versión papel antes de buscar el traje de baño para disfrutar de la pileta sosinho mientras leia a bryce Echenique en un hotel construido sobre una duna frente al mar, un dandy que le dicen. Claro que pasar de príncipe a mendigo tomo solo un movimiento de petates y una nueva salida a la ruta. Sali demasiado tarde, 12:30, con lo que no iba a tener mucho para hacer,pero bueno, la situación lo merecía. Ahora ese desliz me lo iban a cobrar ,el calor era importante y el viento, en contra. Pedalie 20km y no me avergüenza decir que pare a hacer dedo, sigo atrasado y por mas de 400km con lo que en algún momento los voy a tener que cubrir, y lo peor es que la brecha aumenta todos los días, pensados para hacer casi 200km, distancia que ahora se me hace imposible tanto como la mitad que a duras penas llego a cubrir. Igualmente paso lo que tenia que pasar, los camioneros en Brasil no dan carona, con lo que despues de media hora de perder el tiempo arranque de nuevo y logre hacer unos 30km mas,hasta que se hizo de noche y llegue justo al limite entre los estados de Ceara y Rio Grande do norte. Busque una iglesia, era un poblado chiquito pero la iglesia es al conjunto de personas en Brasil como los ojos a la cara, lamentablemente la iglesia no tenia cura y el hombre a cargo no tenia cara o la tenia muy dura porque me mando a dormir a una estación de servicio donde me aseguro encontraría donde. Hacia alla me encamine o me inbiciclete y al llegar pedi combijo, mas que nada para la bici y el carro. Me fue dado y deje a mis compañeros dentro del edificio y yo me quede con el libro, el mismo que esa mañana leia en la pileta de un precioso hotel pero que ahora leia colgado de una hamaca atada a dos postes debajo del tinglado de una estación de servicio, de principe a mendigo en menos de 6 horas.

No hay comentarios: