sábado, 11 de julio de 2009

del totumo a santa marta


Todo hacia suponer que la noche iba a ser inolvidable, y lo fue, el problema fue el sentido que ese inolvidable iba a tener. Como comente en mi anterior nota, había quedadome solo con la bolsa de dormir, nunca calcule, despistado de mi, que en un volcán con una laguna alimentada de lluvia iba a haber mosquitos, y los hubo, asi que apenas me acoste para disfrutar de lo que imaginaba iba a ser dormir hasta el amanecer en el cual despertaría con la música de banbi y con pajarillos azules cantando en mis oídos fue no dormir por culpa de los mosquitos que no contentos con picarme tocaron una sinfonía aguda en sonido estéreo, si si,uno por oído, y yo, que en mi país los espero hasta que se posan en mis orejas y entonces los mato ,me vi sobrepasado por lo refinado de sus sádicos métodos que provocaron que me inflingiera reiterados golpes en mis aparatos auditivos que terminaron luego de 4 horas de tortura, rojos y calientes, pero no tan calientes como yo que me termine levantando, sacándome toda la ropa, tirándome al lago para bajar la temperatura corporal y entrando furtivamente en el no tan seguro puestito, teniendo en cuenta que lo abri y lo cerre sin provocar ningún daño, para procurarme de el off y la carpa , la que arme siendo alrededor de las 3 de la mañana y en la que finalmente pude dormir a mis anchas, por lo menos hasta que fueron las 6 y llegaron los propietarios de el quincho de palmas debajo del cual había yo armado mi refugio anti mosquitos.
Medio despierto, medio dormido, desarme todo, lo acomode y por 2000 pesos consegui comer huevos revueltos con patacones fritos y dos vasos de café, que en un principio estaba tan caliente que me quemo la lengua, yo? Yo feliz. A las 7 estaba listo para irme, y me fui. No alcance a hacer 5 kms que ya moria de calor, por suerte, una estación de servicio y un balde de agua sobre mi existencia me refrescaron, el agua duro un poco mas, el problema es que en esta zona no es potable, asi que lo que hacia era parar en los puestos de seguidad de las urbanizaciones que se me presentaron en la via a barrranquilla y se las pedia a los guardias. Llegue a esta ciudad cerca de las 11:30, me habían dicho que desde ahí, santa marta quedaba a 100kms, error, quedaba a 120, y eso, cuando se han hecho 60 y se esta muerto, demuele la moral, y si a eso le sumamos que ahora salía el sol, y que el bolillero de las palancas estaba en las ultimas, pues ahí me tienen, intentando controlar mi frustración mientras no paraba de pedalear en dirección este. Pare cinco minutos en una verdulería,compre seis bananas y asi en frente de la señorita que atendía, las comi con velocidad de rayo y como si mi vida fuera en ello y le devolví la bolsa vacia. Segui entonces con al menos un poco de azúcar en mi sangre, y volvi a frenar, esta vez en una estación de servicio, para empaparme la remera y la gorra por 5 vez en el dia. Sin saber como hice, alcanze a hacer 80 kms, sin nada en el medio, solo la cinta gris sobre la que me movia, el mar Caribe rompiendo a un lado y los manglares del otro. Estúpido de mi, cuando solo me quedaba una de las cantimploras de agua ,y moria de calor, decidi mojarme en uno de los pantanos, deje la bici al costado de la ruta y me adentre en uno, primero una capa de barro, y luego otra mas profunda, y el agua, a dos metros mios cuando ya estaba enterrado hasta las rodillas, tuve que volverme sin haber logrado mojarme y usar la única cantimplora que me quedaba para lavarme. Agarre la bici de nuevo, no tenia fuerzas, ni agua, ni se veía nada que pareciera una edificación, pero segui, no había otra opción, o si, decidi que si en 5kms no aparecia algo, una sombra, un lugar con agua , algo, usaría los teléfonos de SOS, no hubo necesidad, a los 3 aparecio una especia de central eléctrica con un puesto de seguridad, me meti sin preguntar, descansando bajo la sombra de un manglo estaban dos guardias, me acerque y les pedi agua, en principio me la negaron, o mejor dicho, me la escondieron, les suplique por un vaso al menos y ahí accedieron a llenarme una cantimplora, pero no me podia quedar allí, les pregunte por el lugar mas cercano y me indicaron un peaje a 18 kms, en ese momento la distancia me pareció insalvable, estaba muy cansado, mentalmente agotado, el calor era insoportable, eran las dos y media de la tarde y el sol golpeaba en vertical sobre todo mi cuerpo, pero no quedaba otra. No recuerdo haber estado mas enfocado en algo en mi vida, baje la cabeza y solo mire hacia adelante pero no mas alla de los 10mts, no me interesaban ya los carteles indicadores de kms, tenia que avanzar sin ansiedad, como si no existiera otra cosa que pedalear, pero nunca en un ritmo que me significara recargar el agotamiento que ya cargaba, era como el chasqui, ese paso intermedio entre el trote y el paso de los caballos que alude a los correos a pie de los incas, en el que no se fuerza la marcha pero tampoco se duerme uno mientras camina. Los kms pasaron en esa inercia mental que me hacia avanzar y llegue finalmente a la estación de peaje.sin siquiera saludar a quienes miraban extasiados a buda y ghandi, entre a el baño, para enterarme que no había agua, que se había cortado la luz y que no calmaría mi calor ni mi sed todavía. Mi frustración era tan grande que al decirme los mecanicos de la estación que los servicios volverían en cuanto los técnicos los arreglaran, tiempo que calculaban en una hora, que no atine a nada mas que a resoplar, darme vuelta y alejarme negando con la cabeza. Me tire al suelo y me puse a ver los simpsons en el ipod, no tardaron quince minutos en venir a avisarme que el agua había vuelto, e incluso me ofrecieron agua potable y fría, no guardaban ningún resentimiento contra mi anterior altanera actitud, eso fue bueno, empape de nuevo mi remera, comi lo que quedaba de mi panela, que no era mas que un cuadrado de un cm por un cm, mezcle azúcar con el agua y me la tome, tenia que obtener fuerzas de donde fuera, me quedaban todavía 40 kms por hacer. Descanse una hora y agarre de nuevo la bici, los pueblos empezaron a aparecer, algunos eran para quedarse una semana a hacer fotos,pueblos construidos sobre el agua, ciénagas, pescadores, no saque ni una, no tenia fuerza para parar, y mucho menos para sacar la cámara, trataba de enfocarme como lo había hecho hasta llegar al peaje pero no pude. Solo frene para llamar a nany, una chica colombiana de santa marta que me iba a alojar por el sistema de couchsurfing, y para cerciorarme de que no me pasara de su casa, me confundi de teléfono y llame a omar, y no me di cuenta hasta el 4 minuto,aproveche y le agradeci por todos los favores que me había hecho, corte y segui, todavía quedaban 30kms pero el sol comenzaba a ponerse. La ansiedad creció, estaba alterado, aceleraba el ritmo y me cansaba, y eso me frustraba, se me cayeron las gafas, frene, dude en hacer dedo o dormir en una estación de servicio, pensé, me calme, ya había pedaleado de noche, no tenia que asustarme, incluso la temperatura era mejor, solo tenia que andar con mas cuidado. Arranque de nuevo e hice 18kms mas , ahí pare de nuevo para llamar a nany, me dio la dirección y segui, los 12 kms que me separaban de su casa se hicieron eternos, la señalización se termino a partir del km 10 y eso me generaba mas ansiedad. Cuando finalmente llegue, estaba completamente bañado en sudor, era casi las 8, el sol se había ido hacia mas de una hora y media y estaba sucio y pegajoso. Nani me recibió, me presento a los chicos alojados, entre ellos dos argentinos que habían trabajado en el calafate con un chico de alta gracia, el negro lucas, matias y la novia, también dos vascos franceses y una pareja de chilenos. Me di una vivificante ducha y la dueña de casa me preparo una arroz con huevo revuelto , al que le agrege un plato y medio mas de arroz y los chicos me convidaron con ron. Estaba de nuevo en paz, el dia había terminado, y como siempre, me había enseñado algo.

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