jueves, 23 de julio de 2009

chichiriviche de fiesta


Me levante a las 8 de la mañana, me duche con el único agua que sale de la ducha, fría, el clima de la zona hace innecesaria la otra perilla. Cuando sali de la habitación, Alberto ya cargaba un bidón vacio para ir a llenarlo del ridículamente barato combustible venezolano,lo acompañe en la moto, desayunamos unas empanadas fritas de carne mechada y pollo, por suerte yo ya había hecho mi colchon de comida sana con unos cereales con leche y bananas y mi litro y medio de agua mañanero. Llevamos el bidón a la marina donde estaba malibu, la lancha con la que ese dia íbamos a hacer la procesión de la virgen y recorrer algunos cayos y cuevas. Cuando volvimos, carlos, Sandra y su hermana lupe y Wendy, novia de Alberto , nos esperaban para hacer las compras del ron, el hielo, las coca colas y los sandwichs, dieta de procesión para los chichirivichenses, aunque tambien corre en ríos la cerveza y el wisky, y nada de alcohol barato, old parr, jw red label o Buchanan no pueden faltar en las lanchas de pasajeros o los yates particulares sin distinción de bolsillo. Sarpamos entonces cerca de las 11, primero , un recorrido por cayo sal y cayo muerto, anclados cerca de la costa, nos tiramos al mar mientras en los parlantes sonaba jason mraz con ritmo hawaino, me sonreí, que imprevisible es el viaje, y como disfruto de eso, ayer un viajero quemado y sediento en una ruta desconocida, hoy un dandy en medio de una isla del Caribe tomando cuba libre, y mañana, mañana me veo mas cerca de ayer.
La procesión empezó cerca de la una, embarcaron una imagen de la virgen en una lancha , con la reina de la ciudad en su proa, mientras, cien lanchas la seguían en ruidoso cortejo, al final, solo una excusa para festejar. La lancha con nuestra señora del Carmen llego a cayo sal donde en medio de explosiones de petardos se le reunió la virgen del valle, entronizada en otra lancha y con la que seguiría recorriendo y frenando en cada unos de los muelles de la ciudad y de sus cayos y tambien en las cuevas que se formaron en los cercanos acantilados. Hacia alla tambien fue malibu,corriendo carreras ya ganadas con su motor 225 cc, ella era además la que llevaba la música. En el medio del recorrido, un suave toque con un lanchon de pasajeros, por suerte nada grave, un par de gritos, esa sangre caribeña que tan rápido ama como guerrea, pero por suerte nada mas. El recorrido terminaba, la mayoría se dirigían a cayo sal, un par de corridas en la isla, unos tiros al aire de algunos exaltados que nunca faltan, el problema es que aquí, cualquiera tiene un arma,la gente corre dos o tres veces mas, aparece la policía, desaparece al igual que los tiros. Nos vamos quedando pocos mientras el sol baja en el mar, y los colores pasan de verdes y azules a rojos y naranjas entre las palmeras y los cayos que con el sol detras se vuelven oscuras.una vuelta en el jet sky mientras algo de luz queda y mas tarde volver al muelle porque la fiesta en chichirivihe parece no tener fin.
Sin cambiarnos nos vamos a un complejo con hotel, piscinas y toboganes, guiados por un teniente de policía que no llega a los 25 , y se maneja en el cuartel como si fuera su dueño, baja de su Toyota 4runner sin la remera y con la música sonando bien alto, abre las puertas baja en bikini la mujer que lo acompaña y baila vallenatos mientras impotentes sus inferiores en el cargo pero mayores en edad lo observan, acomodado o hijo de algún personaje importante pensaran, revolución bolivariana, una de cal y una de arena, nada del todo bueno, nada del todo malo. Sale de ahí, lleva una importante borrachera, cruza su camioneta en medio de la avenida y anuncia por los altavoces que va a comprar red bull, no le importa que tres camionetas esperan para pasar. Cuando todos estamos listos encaramos para el complejo, el dueño parece deberle algún favor al joven teniente, ninguna pregunta ni pedido de identificación a los 5 vehiculos que pasamos detrás de el. Algunos se van a los toboganes , otros se quedan en el hidromasaje que esta al lado de la piscina, me siento un poco desubicado, algo de estomago todavía tengo asi que paso el resto de la noche charlando alejados del ruido con jose y Gerardo , amigos de Alberto, de caracas, uno un new hippie el otro un ex militar que no se traga la escena. Me ofrecen wisky, no me gusta pero acepto, un vaso no me va a hacer mal y el hecho de compartir con ellos también genera mas confianza y mas intimidad en la conversación. Están emocionados con mi viaje, me quieren ayudar , quieren de alguna forma ser parte del viaje, todos lo hacen, todos son generosos, en lo mucho y en lo poco. Alberto se nos une, charlamos un rato y al final todos decidimos partir. Vamos a un puesto de hot dogs y carlos paga una ronda para todos, al lado un pelea, 10 contra uno, botellazo en la cabeza, palo en las costillas, patadas , golpes , nadie mide consecuencias, la sangre sale de su cabeza pero ni el se fija, mancha la remera de carlos, la adrenalina lo anestecia por ahora, la adrenalina y el alcohol, igual parece no aceptar la desigual de la pelea y quiere otra oportunidad, alguien lo convenze, alguien con un poco de cabeza, y lo sube a una moto que rápido huye de las piedras y botellas que siguen volando. La policía pasa a la media hora, reacción lenta que le dicen. La noche termina, parece ser que normalmente. Venezuela, tanto calor tiene que tener una valvula de escape, , Caribe , tomalo o dejalo.

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