viernes, 9 de octubre de 2009

de Villaguay a vaya a saber donde


Dormi de a ratos hasta que se hicieron las 6 y media de la mañana y desde las ventanas opuestas entraba el sol amaneciendo. Como no habia mucho que hacer me puse los auriculares y deje apagado el ipod mientras leia el libro sobre respiración que todav ia no consevaba desde manaus. El tren se movia lento y de vez en cuando paraba en algún pueblo que otrora fuera un gran centro urbano y de los que ahora quedaban solo los vestiguios de las antiguas estaciones del Gran Capitan. Asi continuamos andando, mientras el cielo pasaba de celeste a gris y de gris a negro y nos entregaba un abundante chaparron en Concordia, el que roge no fuera a Villaguay, a unas 2 estaciones y 2 horas mas adelante. Una estación antes de que bajara subió al tren una docena de oficiales de gendarmería quienes además de revisar bolsos en búsqueda de drogas, con perro incluido, pedían las identificaciones a todo el mundo. A dos asientos de mi habia un grupo de chicos que hubiesen dado a lombrosso un master en morfolgia criminal. Entre ellos habia varios menores, y el que decia ser su hermano entrego una constancia de tramitación de documento, obviamente esa constancia no lleva foto, el gendarme entonces pregunto, Decime tu numero de documento, No lo se, Decime tu fecha de nacimiento, No lo se, Bueno levantata porque vos y tus hermanos se quedan en Villaguay hasta que averiguemos quienes son. Lamentablemente cuando me baje en esa estación, a ellos no los bajaron, supongo que habran pensado que era un problema con el que otro tendría que cargar, mientras tanto el trabajo infantil, la trata de blancas y decidia crecen en el país mas que me ve crecer.
Arme los petates y una señora que se me puso a charlar me informo la distancia a Parana, 285 km. Lo cierto es que el cartel que vi apenas encare la ruta hacia el centro de la ciudad decia 160km con lo que me quede mas tranquilo.
Eran las dos de la tarde cuando llegue al centro. Me fui primero a un cyber y avise en casa donde andaba y despues encare una despensa, no comia desde la tarde anterior con lo que llevaba unas 22 hs sin probar bocado. Compre dos coquitas y medio kilo de pan, las primeras por el azúcar, lo segundo para engañar al estomago, pero como dos no me alacanzaron para pasar todo el pan, compre una tercera y me sente a disfrutar del veranito que ese dia parecía visitar la ciudad, 30 preciosos y agradables grados.
Sali de Villaguay a las 3 y media de la tarde, no me quedaban muchas horas de pedaleada pero la ruta era plana, y aunque el viento era perpendicular y de a ratos me sacaba de la pista, esperaba poder avanzar algo hasta que el sol me dejara.
Con pocos sobresaltos, entre ellos una puteada a un colectivero que no tuvo mejor idea que putearme y un par de infladas de goma trasera que pedia a gritos ser emparchada, gritos que ignoraba con los auriculares pasando música de los mas variopinta, llegue a una estación de servicio Rhasa abandonada, despues de haber recorrido unos 60km.
Al lado de la estación habia un almacen y de otro lado un parador de camioneros. Elegui el primero y apenas entre me di con un grupo de paisanos con guardmonte, boina y botas bien calzadas de entre los cuales uno, al verme llegar en la bici, desato su curiosidad y me ofreció una cerveza para que no se me empastara la lengua mientras le contaba las peripecias del viaje. Idos casi todos y estando ya por cerrar, compre medio kilo de pan y dos cebollas, arme la carpa debajo del techo de la estación, me meti adentro y entre el efecto de la cerveza, lo poco que habia dormido en el tren y la pedaleada de la tarde, cai dormido habiéndome comido dos pedazos de pan y ninguna cebolla.

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