domingo, 22 de noviembre de 2009

CON UN GOLPE DE SUERTE


Un ruido a lluvia me hizo levantar cerca de las ocho de la mañana, y precisamente era eso lo que caia, aunque cayeron dos gotas, pero en el caso de Nueva Zelanda la expresión debe ser tomada literalmente, dos gotas, y con lo que me gusta a mi despertarme de un salto.me cepille y me tome mi tiempo para desarmar todo. Me fui un rato a la playa a caminar, no quería que se despertaran mis vecinos de carpa y se contagiaran de mi humor mañanero, total si a mi me dejas solo un rato se me pasa. Cuando volvi recién se despertaban y se preparaban un desayuno. Desayune yo tambien entonces, pan con manteca y nutela o con peanut butter, dale nomas vos que tu hígado un dia se las toma y no lo ves mas. Los chicos partieron y yo me quede un rato mas tomandome un te abajo del árbol ahora que el sol salía de debajo de las nubes y castigaba mi cabeza pelada. Cuando arranque eran despues de las 11 y media. El dia habia mejorado pero nada es seguro y mucho menos duradero en este país. Las colinas se sucedieron constantemente, algunas largas y empinadas otras mas cortas y suaves pero todas bajaban hacia la costa en algún momento, y en general al llegar a los poblados. Asi llegue a Tepui, la idea era encontrar internet, obvio wi fi y obvio y conociendo el concepto de la pagina, gratis. Pero misión imposibles si las hay aquí en la tierra del kiwi. Igual aproveche la parada para repetir el mismo desayuno y para ofrecerme como cocinero en uno de los restaurantes que parecía mejor ubicado y mas concurrido. Me ofrecieron empezar el 19 de diciembre, 40hs semanales, nz$17 la hora , pero el lugar lamentablemente no le llegaba a los talones a Hahei, igual les dije que si pero que les confirmaría. Me fui con esa propuesta, un viento helado y en contra y una llovizna que por suerte solo me siguió por unos 5kms mas. Asi despues de varias colinas y curvas y contracurvas llegue a Whangamata y aunque en el medio de la ruta me habia parado un auto para recomendarme un camping que quedaba volviendo sobre mis pedaleadas(`porque yo pedaleo, no camino) cerca de donde habia tomado prestadas unas diez mandarinas de una plantación del fruto, termine entrando a la ciudad donde ni bien habia hecho dos cuadras fui frenado por un hombre que bajándose de su auto se acerco a mi y me pregunto, Tenes donde quedarte esta noche, No, le conteste, Pues mi esposa y yo estaríamos muy contentos si vinieras a nuestra casa (el que me diga que esto le paso y no fue en Nueva Zelanda no se si le creo, aunque a mi ya me paso otro par de veces en Sudamerica para ser sinceros) , Muchas gracias, claro que si. Me indico donde vivía y le dije que primero iria a dar una vuelta para conocer la ciudad, Claro, te esperamos. Y segui en dirección a la playa con la tranquilidad que da saber que tenia un lugar donde dormir y donde pegarme la ducha que hacia dos días mi cuerpo exigia, o quizás me lo exigieran los demás. Whangamata es uno de los puntos de surf mas importantes en NZ, su población cambia de 3500 habitantes fijos a mas de 50000 en verano. Martin y su mujer vivian allí hacia 3 años vueltos de haber trabajado por 12 años como profesores para empresas en diferentes países de Africa con lo que la conversación se hizo facil e interante aunque para ser sinceros si bien Martin disfrutaba de la charla y de la visita, obvio por haber sido ofrecida espontáneamente por el , su mujer no parecía muy contenta. En la casa tambien vivía Sam,. Joven ingles y mas loco que una cabra que habia llegado ahí en circunstancias bastante graciosas pero que no vienen al caso, los tres conversamos hasta cerca de las doce hasta que cada uno se fue a dormir, Martin trabajaba en una escuela rural, Sam como ayudante en un asilo de ancianos y yo que esperaba ver si podia hacer algo por la zona al otro dia.

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