miércoles, 15 de agosto de 2012

Alaska

Hacia 7 años que no veía a Fran, la ultima vez había sido en Barcelona, el todavía daba clases de golf y yo volvía de trabajar en Andorra y lo visite un par de días antes de volver a casa. Siete años después ahí estábamos de vuelta, como si no hubiesen pasado ni dos días, abrazándonos en el aeropuerto de Anchorage, el de alpargatas y medias, con rastas hasta la mitad de la espalda y barba de un par de años y yo de ojotas y en shorts , los dos cagados de frio.Nos miramos los tres y aunque a todos se nos ocurrió lo mismo después darnos cuentas que afuera llovía y estaba bastante frío el primero que lo dijo fue Fran: Vámonos a Méjico!! Nos reímos y nos subimos al auto de Lewis, una de las personas parte de warmshowers ( www.wormshowers.com ) junto con Angie y Linda que nos hospedaría por un par de días en la ciudad para poder terminar de comprar lo que necesitábamos y planificar la ruta a seguir. Los siguientes días los pasamos poniéndonos al día en historias y dando los toques finales a los corceles. Después de cuatro días de compras, un par de salmones a la parrilla por el día de la Independencia, visitas a un festival de música local y puesta a punto de las bicis arrancamos el sábado 7 de julio cerca de las 5 de la tarde. Pasamos por un supermercado Fred Meyer y compramos comida para 10 días, a esta altura del verano la noche no es una preocupación, se empieza a poner oscuro cerca de la 1 de la mañana y amanece cerca de las 3 30 . Ese día llegamos hasta Wazilla cerca de las 12 de la noche, se sentía bien volver a las pistas, aunque el cuerpo tardo un poco mas en acostumbrarse, aprovechamos el porche de un Salvation Army que no habría al otro día para no tener que armar las carpas sin tener en cuenta el chiste de los locales sobre su pájaro nacional, el mosquito, pero eso va a merecer un capitulo aparte. En los días subsiguientes viajamos a orillas de lagos azules, cruzamos veintenas de ríos y arroyos, los paisajes de montañas y bosques que parecen no terminarse se mezclaban con tundras y algunas zonas de pantanos , nos toco dormir debajo de varios puentes, o por lo menos para a hacer algún break culpa de la lluvia, armar muchos fuegos para cocinar y secar la ropa, armar algún que otro campamento al costado de la ruta o en algún campground del gobierno, empezar a acostumbrarse a una dieta basada en arroz y fideos que se turnaban para ser cenas o almuerzos, acostumbrarnos al frío, al frío y a la lluvia, al frío a la lluvia y a los mosquitos, y a la lluvia, el frío, el viento en contra y los mosquitos combinados, y todo esto desviándonos hacia el norte para hacer la Denali Highway, una ruta de tierra que une Cantwell con Paxson y sobre las que Fran había tenido buenas referencias y en las que nosotros parte por la excitación de arrancar, parte porque nosotros no habíamos estudiado mucho, decidimos confiar. Llegados a Cantwell después de días decidimos tomar un minibreak de medio día y poner las carpas en un campground privado, todo por tener la primera ducha y usar un poco de Internet, lamentablemente el trato recibido fue aunque no hostil, no muy atento, y fuimos literalmente echados de forma extremadamente amable si es que una expresión puede ser combinada con la otra, con lo que terminamos haciendo el almuerzo en la estacion de servicio a la entrada del pueblo donde una mujer no regalo una bolsa de cerezas y otra nos regalo un par de cervezas y algunos anzuelos y accesorios de pesca a cambio de que le ayudáramos a arreglar el toldo de su campervan. Ya casi arrancando conocimos a Miquel y a Alicia, ambos españoles y recorriendo el mundo en sus BMW, charlamos un rato, nos sacamos unas fotos y prometimos unas cervezas si nos volvíamos a cruzar. Arrancamos finalmente tarde con el objetivo de hacer unos 50 kms hasta el primer campground pero eso también forma parte de otro capitulo, la Denali Highway

1 comentario:

mama dijo...

me encanta que hayas arrancado con el blog...los voy siguiendo... abrazo enorme para los tres!!